El sentido de la solidaridad y la empatía nos permite ponernos en la posición de personas cuyas características físicas, emocionales o culturales difieren de las nuestras. Nos proporciona la capacidad de comprender y valorar las posiciones y emociones los demás, sobre todo de las personas más vulnerables.

Batzen-kido trabaja la autorreflexión, la autoevaluación y la práctica, para desarrollar la inteligencia emocional. Técnicas como la atención plena, la escucha activa nos permiten reconocer y comprender nuestras propias emociones, fortalezas y debilidades. Así mismo, la autogestión nos ayuda a regular y controlar de manera eficaz las emociones, los impulsos y el comportamiento. 

El sentido de la solidaridad mejora las habilidades de comunicación, percibiendo y comprendiendo las emociones de los demás. Fomenta una mejor toma de decisiones considerando tanto la racionalidad como las emociones y la resolución de conflictos, construyendo y manteniendo relaciones saludables.

También ayuda a manejar el estrés, manejar los conflictos de manera constructiva y desarrollar la resiliencia en situaciones desafiantes.